El café
El café que me gusta va sin azúcar, pero es aromático y grato al paladar. Tostado, humeante, seductor. Así me lo tomo.
No hay bebida más incitante en el mundo de los sabores, ni ocasión más propicia que una noche platinada para paladear la líquida sensualidad de sus texturas.
Tomar café: ritual sublime, exacerbación de los sentidos, dulce ceremonial de los amantes, sabor enigma entre los labios, poética de lo fértil y de lo virginal.